La lectura nos sirve en muchas actividades de nuestra vida diaria. La podemos usar para divertirnos y para aprender. Además, la podemos realizar en formato digital o impreso. Independientemente del propósito y del formato, debemos desarrollar las destrezas que nos permitan comprender un texto; es decir, debemos desarrollar la competencia lectora.
“La competencia lectora es la capacidad de un individuo para comprender, emplear, reflexionar e interesarse en los textos escritos con el fin de lograr sus metas personales, desarrollar sus conocimientos, su potencial personal y, en consecuencia, participar en la sociedad” (INEE, 2010).
La competencia lectura nos sirve para disfrutar de la lectura y para aprender sobre diversos temas. Esto implica que leemos textos de diversos género, como los expresados en la siguiente figura.
Esta clasificación es solo ilustrativa, porque muchos autores presentan su propia categorización atendiendo a muy variados criterios.
Con el avance de la tecnología, cada vez más tenemos oportunidad de leer en formato digital. Este soporte tiene implicaciones en la forma de escribir y leer los textos publicados en forma digital; por ejemplo, la presencia de enlaces hace que la lectura no siempre sea lineal. Además, requiere del lector la capacidad de identificar, con juicio crítico, que información es verdadera y útil según sus propósitos.
El proceso de aprender a leer empieza desde nuestros primeros años cuando nos hablan o nos leen. Luego, cuando interactuamos con material escrito, como libros, volantes, revistas y otros (etapa emergente o prealfabética) para comprender cómo funciona la escritura. Cuando cursamos los primeros grados de primaria adquirimos la lectura convencional. Sabemos que la hemos adquirido cuando leemos textos adecuados al nivel, con fluidez y comprensión. Es decir, concluimos el aprendizaje de la decodificación con fluidez y comprensión (lectura inicial o alfabética). Cuando concluimos esta etapa, iniciamos la lectura avanzada. Veamos la siguiente figura donde se presentan las etapas mencionadas.
La lectura avanzada
La figura anterior nos muestra que la lectura avanzada se produce después de la etapa inicial, o sea, aquella donde desarrollamos la lectura convencional.
Cuando un lector ha superado la etapa inicial y llega a la etapa establecida, se espera que:
Un estudiante que ya lee con fluidez y comprensión en los primeros grados puede concentrarse en la siguiente etapa en varios aspectos: aprender a usas las estrategias de comprensión en cada textos, según su propósito; leer silenciosamente con velocidad y comprensión, profundizar el vocabulario y desarrollar el lenguaje académico.