La etapa preescolar es el momento clave para sembrar el gusto por la lectura y la escritura. Como docentes, nuestro reto es crear experiencias significativas que despierten la curiosidad en los niños y motivarlos a explorar el mundo de las palabras.

Te comparto cinco estrategias sencillas y divertidas que puedes aplicar en el aula y fomentar el amor por la lectoescritura en los más pequeños.

1. Cuentacuentos
Nada atrae más a un niño que una historia bien contada. Usa tu voz, gestos y expresiones para dar vida a los personajes. Acompaña la narración con ilustraciones grandes, títeres, objetos reales o incluso sonidos grabados. Esto convierte el momento de la lectura en una experiencia multisensorial, donde el niño escucha, observa, imagina e interpreta. Tip: Involucra a los niños pídeles que anticipen lo que pasará, imiten sonidos o repitan frases, eso los emociona.
2. Hacer letras con el cuerpo
A los niños les encanta moverse, ¡así que aprovechemos esa energía! Enseñar las letras del alfabeto a través del movimiento es una forma divertida y eficaz de fijar el aprendizaje. Pueden formar letras con sus cuerpos, saltar sobre alfombras con letras o jugar a encontrar objetos que empiecen con determinada letra. Tip: Crea estaciones de aprendizaje con actividades motoras relacionadas con letras o palabras.
3. Rincón de lectoescritura
Elige un rincón del aula y dedícalo a la exploración libre de libros, pizarras pequeñas, tarjetas de vocabulario y juegos fonológicos. Usa materiales atractivos, coloridos y al alcance de los niños. Así, pueden jugar espontáneamente con el lenguaje y desarrollar habilidades lectoras y escritoras sin presión. Tip: Cambia los materiales según la temática del mes o los intereses del grupo.
4. Juego de roles con lectura funcional
Arma rincones de juego simbólico (una tienda, el hospital, el mercado) invita a los niños a usar la lectura y la escritura en contextos significativos. Leer una receta en una cocina o escribir una receta médica, el objetivo es que sea real. Tip: Integra listas, letreros, menús, mapas como parte del juego para promover la lectura funcional.
5. Motívalos a crear sus propias historias siendo ellos los protagonistas
Invítalos a crear sus propios libros con dibujos, palabras sueltas o frases dictadas. Puedes comenzar con libros individuales con temas como “Mi familia” o “Lo que me gusta” o hacer libros colectivos donde cada niño aporte una página. Al verse reflejados en los textos, los niños se sienten motivados y orgullosos de su producción escrita. Tip: Exhibe los libros en la biblioteca del aula para que los niños los relean y compartan con sus compañeros.

Despertar el interés por la lectoescritura en los pequeños no requiere materiales complicados ni una inversión alta. Lo más importante es generar un ambiente donde la lectura y la escritura sean actividades placenteras, conectadas con el juego, la emoción y la vida cotidiana.

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