Uno de los grandes desafíos de la educación actual es encontrar métodos que no solo transmitan conocimientos, sino que también desarrollen habilidades de pensamiento crítico, resolución de problemas y autogestión. En este contexto, la simple acción de escribir un cuento surge como una de las herramientas pedagógicas más poderosas y, a menudo, subestimadas, especialmente en niños y jóvenes en etapa escolar.
Este artículo explora cómo el acto de inventar y narrar historias puede transformar la mente, fortalecer las Funciones Ejecutivas y el desarrollo.
¿Cómo escribir un cuento potencia las Funciones Ejecutivas?
Las Funciones Ejecutivas son un conjunto de habilidades mentales que nos permiten planificar, enfocarnos, recordar instrucciones, manejar múltiples tareas y filtrar distracciones. Son como el “CEO” del cerebro. Escribir un cuento es como un gimnasio para desarrollar estas habilidades:
- Al escribir un cuento, los jóvenes autores deben planificar la estructura de su historia (inicio, nudo, desenlace), organizar las ideas de forma lógica y mantener en su memoria de trabajo a los personajes, los lugares y los conflictos. Esto requiere inhibir ideas irrelevantes y centrarse en el hilo narrativo (planificación y organización, control Inhibitorio y memoria de trabajo).
- Una historia casi nunca sigue el plan original. El escritor debe ser capaz de adaptar la trama, cambiar el destino de un personaje o inventar un giro inesperado. Este constante cambio ejercita la flexibilidad cognitiva, la capacidad de cambiar de perspectiva o de estrategia (flexibilidad cognitiva).
- Escribir un cuento permite a los niños y jóvenes explorar emociones complejas a través de sus personajes. Al dar voz a la alegría, el miedo o la frustración en un entorno seguro (el papel), aprenden a nombrar, entender y, por lo tanto, a regular sus propias emociones. Es un ejercicio de empatía y autoexploración profundo (regulación emocional y autoconciencia).
- Comenzar una historia desde cero y terminarla requiere iniciativa. Superar el “bloqueo del escritor” y revisar borradores fomenta la persistencia y la metacognición (pensar sobre el propio pensamiento), al evaluar: “¿Mi cuento funciona? ¿Se entiende mi idea?” (iniciativa y persistencia -metacognición-).

Más allá del fortalecimiento de las Funciones Ejecutivas, escribir un cuento ofrece un abanico de ventajas:

¡El momento de escribir un cuento es ahora!
Participa en “Cuéntame tu Cuento”, un proyecto creado especialmente para niños y jóvenes autores que quieren ser publicados.
Invitamos a toda la comunidad educativa—padres, madres y docentes—a animar, guiar y participar en este proyecto. Dense el tiempo de escuchar esas ideas fantásticas, de preguntar sobre los personajes y de celebrar cada palabra escrita.
¿Qué pueden hacer los padres de familia y docentes?
- Creen el espacio. Dediquen un tiempo semanal a la escritura libre, sin crítica, solo por diversión. En el caso de los más pequeños, sean escríbanos de sus hijos.
- Sean modelos. Escriban una historia o un poema junto a ellos. La imitación es un arma poderosa.
- Hagan preguntas guía. En lugar de corregir gramática, al inicio, hagan preguntas a los pequeños autores: “¿Qué quiere tu personaje?”, “¿Qué pasaría si…?” Esto estimula la flexibilidad cognitiva y la planificación.
- Participar en el Proyecto: Consulten las bases y promuevan la inscripción a “Cuéntame tu Cuento” en el sitio oficial de Editorial Piedrasanta.
Escribir un cuento es la llave maestra que abre la puerta al pensamiento complejo. Ayudemos a nuestros niños y niñas a descubrir su voz y, al hacerlo, a fortalecemos las habilidades que les servirán para toda la vida.


